Uno de los más grandes recursos naturales con el que contamos es el agua, y es indispensable tomar conciencia del uso de manera más racional e inteligente de sus fuentes. En la actualidad el mundo consume más agua dulce de la que la naturaleza nos provee, la población mundial crece anualmente en 80 millones de personas y del total de la población cerca de 2 billones sufren de algún tipo de escasez de agua, un tema preocupante del que debemos hacernos cargo.
Después de la era industrial se produjo una gran migración hacia las ciudades, hoy el 45% de la población vive en las ciudades, la demanda de agua es cada vez más alta debido al desarrollo de las ciudades.
La pérdida de agua debido a la vejez de las redes de acueducto es un tema preocupante, la mayoría de las ciudades del mundo cuentan con redes de acueductos de más de 50 años y sus materiales con los que fueron construidos ya llegaron a final de su vida útil.
Además de lo anterior en muchos lugares los diámetro de las tuberías son insuficientes por la mayor densificación, ambas problemáticas han hecho indispensable planear la oportuna renovación de las redes de distribución de agua.
Renovación de las redes de distribución
Según estudios realizados en Europa indican que las empresas de acueducto deben renovar al menos el 2% de sus redes anualmente, para que éstas puedan cumplir con las necesidades futuras de la población.
En muchas partes del mundo la tasa de renovación está muy por debajo de lo requerido, esto por supuesto causa altas pérdidas de agua potable, debido a los daños frecuentes de las tuberías.
En Durban (Sudáfrica) elaboraron un estudio que arrojó que el 42% del consumo de agua se perdía debido a los daños en las redes, en 1996 se inició un programa de renovación y hoy con 800.000 habitantes más consume un 10% menos de agua que en 1996.
En otras ciudades del mundo por ejemplo, Boston, Seattle, Alburquerque, México DF y Lima, han reducido entre 20 y 25% el consumo de agua debido a los resultados de la renovación de las redes de distribución de agua.
Renovación de redes con tecnología sin zanjas
Las nuevas tecnologías para la renovación de las redes de acueductos han generado importantes ahorros y representan grandes beneficios no solo para las empresas, también para la población.
Parte de una buena gestión ambiental es lograr el mayor aprovechamiento de las tecnologías para producir ahorros y beneficios para la comunidad, como ampliar la cobertura de servicios que mejoren la calidad de vida.
Sabemos que las obras con zanjas son costosas, implican movimiento de tierra que generan gran impacto ambiental, bloqueo de accesos, perjuicios económicos y alto costo social. Sin duda la tecnología sin zanjas permitirá a las ciudades seguir su óptima evolución hacia las ciudades del futuro.