Existe una nueva necesidad básica de la vida en sociedad y que ha nacido con el aumento sostenido de las tecnologías, esto es querer estar “siempre comunicados”. Como sociedad necesitamos estar interconectados, en las empresas, hogares, universidades, en áreas públicas y privadas.
Pero esto no solo se ha visto reflejado en el aumento de las computadoras y dispositivos, sino también en la cantidad de redes físicas que se están instalando en torno a las ciudades, lo primero fueron las líneas telefónicas, hoy estamos con las fibras ópticas.
Dentro de los aspectos neurálgicos de un diseño urbanístico, se encuentran las redes urbanas que distribuyen los servicios básicos y complementarios, ya sea públicos como privados.
Estas redes urbanas nos suministran de los elementos básicos para nuestro desarrollo en comunidad, las redes de agua potable, las redes de energía eléctrica, las redes de alcantarillado para evacuar los desechos, las redes colectoras de aguas lluvias, y por último las redes de telecomunicaciones que nos permiten la interconexión.
En la actualidad se distinguen dos medios físicos por los cuales se realiza la instalación de las redes de servicios. El primero corresponde a las redes de distribución subterránea que ocupan el subsuelo, denominadas “Redes Subterráneas”. Tradicionalmente, se han empleado para los servicios de agua potable, alcantarillado y gas.
En segundo lugar, aquellas redes que se materializan sobre el nivel del suelo, instaladas por medio de sistemas de postes y torres, denominadas “Redes Aéreas”, los servicios distribuidos son los de energía eléctrica y telecomunicaciones.
Ciudades del futuro o Smart Cities
Las ciudades del futuro están pensadas como ciudades inteligentes basadas en un desarrollo sostenible, es por ello que las inversiones en infraestructuras de energía y telecomunicaciones es el foco principal, apuntando a la calidad de vida de las personas y un desarrollo económico sostenible y duradero.
Hoy en día las empresas de telecomunicaciones están avanzando hacia la instalación de cableado subterráneo. Las ventajas de llevar el cableado bajo tierra son evidentes, y se potencian si la técnica utilizada para la instalación de los cables en general, es la de excavación sin zanja.
A través de la tecnología de excavación sin zanjas, se pueden instalar tuberías subterráneas que protegen a la fibra óptica dentro del ducto. De esta forma, las ciudades pueden disfrutar de servicios estables de telecomunicación como internet, telefonía y TV por cable, ya que el cableado no se expone a factores externos como derribos de postes o el desgaste natural por fenómenos climatológicos.