Evitar la reconstrucción de pavimentos y no interferir con las actividades que se despliegan en la superficie. Dos aspectos que ya esbozan la calidad que la excavación sin zanjas otorga a los entornos donde se realiza. Existen diferentes tipos, desarrollados para diferentes proyectos.
Los diferentes tipos de excavaciones sin zanjas
En la actualidad son cuatro los tipos de excavación sin zanjas más utilizados. El hincado es la tecnología que trabaja con fuerza neumática que “inserta” la tubería. Hay diferentes tamaños y potencias para abarcar los suelos blandos y los más rocosos. Funciona también en dirección vertical.
La perforación dirigida, por su parte, se realiza con una trayectoria predeterminada de túneles apta para instalaciones pequeñas. Avanza tanto en línea recta como de forma convexa.
Las tuneladoras y microtuneladoras permiten un tercer tipo de excavación sin zanjas. Son máquinas que van instalando la tubería por partes a medida que avanzan. Su uso es para excavaciones horizontales en cualquier tipo de suelo. Las microtuneladoras son para proyectos más pequeños.
Finalmente está la técnica de reinstalación de tuberías. Se instala una tubería dentro de otra para reemplazarla sin perforar. Método bastante económico y de relativa sencillez en su operación.
La importancia del suelo para la excavación sin zanjas
Casi cualquier tipo de terreno es apto para la excavación sin zanjas. Sin embargo, nunca hay que dejar de realizar los estudios de suelo requeridos por los especialistas. Las condiciones del suelo pueden determinar la tecnología a utilizar y es tan importante conocerlas como contar con una profundidad óptima en el terreno para realizar el proyecto.
El tipo de suelo, por ejemplo, puede impactar en la velocidad de trabajo de una máquina. Es el caso de la tunelera Grundomat, que generalmente avanza a una velocidad media de 10 m/h en suelos normales y estables. En suelos blandos e inestables comienza a perder tracción, por lo que su velocidad de trabajo disminuye. Sea como sea, la excavación sin zanjas es una tecnología cada vez más utilizada que reduce el impacto ambiental y los tiempos de implementación, además de generar un importante ahorro en los costos de cualquier proyecto.