Al planificar la instalación de tuberías industriales es necesario considerar las condiciones del clima y las variaciones de la temperatura, para saber qué tipo de tuberías se utilizarán, su durabilidad y correcto funcionamiento, evitando de esta forma errores y problemas futuros.
1. Elegir mal el material
¿Tuberías de hierro, acero, hormigón o plástico?
Hace poco tiempo las tuberías de hierro fundido eran muy utilizadas, hasta que se demostraron problemas relacionados a la resistencia mecánica y tracción. Éstas fueron sustituidas por tuberías de hierro dúctil, las que también presentaron fragilidad y susceptibilidad a la corrosión.
Como solución aparecieron las tuberías de acero, que han demostrado ser una opción más económica y ligera. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que sus límites se deben a la sensibilidad a las corrientes galvánicas y electrolíticas, así también en caso de aguas agresivas ni siquiera el acero se resiste a la corrosión, por lo que se recomiendan recubrimientos superficiales y mantenciones constantes.
En el caso de las tuberías de hormigón, tienen una buena resistencia a la corrosión y una vida útil muy larga. Pero es un material débil a la tracción por lo que necesitan ser reforzadas por una armadura de hierro y una masilla de fibra de vidrio. Lo cual no es barato, por lo que esta tecnología se queda atrás en comparación a los tubos plásticos.
Las tuberías de plástico hoy son las que gozan mayor popularidad por su resistencia química y por gestionar mejor los cambios de temperatura.
2. Profundidad de excavación
Dependiendo del proyecto y las condiciones climáticas, si las tuberías se verán expuestas a temperaturas muy bajas o altas, la instalación del sistema de tuberías puede verse afectada. Por ejemplo, no considerar el enterramiento o el uso de fundas para contrarrestar el hielo es un error. De otra forma se generaría el bloqueo de flujo de agua.
3. Mala unión de tuberías
Otro error o falla común que ocurre al instalar tuberías, es lo que sucede al unirlas mediante accesorios específicos. Los problemas surgen cuando no se verifica la correcta instalación y colocación de las juntas, por requerir más tiempo de lo presupuestado, y por consiguiente un aumento de gastos.