La naturaleza tiene sus propios medios para el transporte de agua en tierra firme: a través de ríos superficiales y napas subterráneas. Por suerte, el ser humano ha sabido imitar a la naturaleza para aprovechar los beneficios de algunos de sus procesos. Prueba de ello es el transporte de agua por medio de la instalación de tubería subterránea.
Optimización en la conducción del agua
Al utilizar tubería subterránea para transportar agua, el primer beneficio que podemos mencionar es la optimización en su conducción. Esto quiere decir que se puede aprovechar la geografía de los distintos lugares en los que se haga la instalación: se usan las pendientes naturales como el principal recurso para conducir el vital elemento. Y cuando la geografía no juega a favor, el proceso se complementa con estaciones de bombeo que ojalá funcionen con energía extraída de forma limpia.
La pureza del agua: una garantía
El segundo beneficio que se desprende del transporte de agua por medio de la instalación de tubería es la garantía de pureza. Al viajar aislada por un canal impermeable, el agua se mantiene alejada de los diferentes residuos y desechos que están en el exterior, conservando así su calidad y composición original.
Tuberías subterráneas: una alternativa mínimamente invasiva
Alterar la superficie genera desorden, contaminación, ruidos y atochamiento vehicular, entre otras molestias. La disrupción causada por este tipo de intervenciones afecta la calidad de vida de las personas y el normal funcionamiento de la ciudad.
Sin embargo, y por fortuna, para la instalación de tuberías subterráneas que transportan agua existe el método de hincado sin zanjas: tecnología de excavación que, como su nombre lo dice, prescinde de la apertura de zanjas en la superficie para la instalación de las tuberías. Esto permite que, durante la instalación, el entorno de la tubería se mantenga sin grandes alteraciones como las que se producen cuando hay que romper pavimento para hacer una zanja.
También cabe recalcar que las tuberías, al ser de tipo subterráneas, tampoco impactarán en el entorno una vez terminado el proceso de instalación: el agua fluirá sigilosamente bajo las veredas, calles, parques y casas sin que las personas siquiera lo noten.